Ramona es una mujer de estatura pequeña, morena, de pelo corto ondulado, adulta mayor, ha trabajado como empleada doméstica toda su vida y sacó adelante a su hijo.

Lleva cuatro años trabajando para una familia y cuidando al hijo de la pareja, el cual ha llegado a querer mucho.

Es la única que trabaja para mantener a su mamá que se encuentra postrada en una cama sin poder caminar desde hace más de cinco años y la hermana que la cuida, pero que hace unos meses le dio un derrame.

Un día, Ramona tuvo que ir al dentista a hacerse un procedimiento, le molestaba la muela, por lo que le realizaron un trabajo dental, sin embargo, algo salió mal que tuvo una infección que no cedía.

Ante la molestia regresó al médico para decirle, él le dio una receta para bajar la infección, pero esta no bajaba sino todo lo contrario, el dolor aumentaba al tal punto que ya era difícil comer.

Puede creer, ni con la medicina se me quita el dolor ni la infección, ya no sé que hacer.

Cuenta Ramona, mientras se agarraba la mandíbula.

Pasaron los días y decidió ir con una doctora que le recomendaron, por los síntomas que tenía le mandaron a realizar varios exámenes.

Tiene que hacerse esas pruebas y una biopsia para descartar cualquier otra enfermedad. Le dice la doctora.

A parte de la ya avanzada infección, Ramona padece de diabetes, que por el momento se encuentra controlada bajo medicamento.

Ramona ya inició su tratamiento de quimioterapia. Foto: Internet.

Un diagnostico inesperado

Pasaron los días y Ramona logró realizarse las evaluaciones requeridas, ya con los resultados regresó de nuevo a la clínica.

Al llegar la galeno le dio la peor noticia que podía recibir, tenía cáncer en fase avanzada, el mundo se le vino abajo.

Tiene que dejar de trabajar, debe tomar sus quimioterapias y estar en casa. Recalcó la profesional de la medicina.

Al llegar a la casa donde trabajaba la pareja de esposos decidió apoyarla en medio de sus posibilidades, pero no es suficiente

¿Y ahora qué hago?

Se pregunta, pues ella es el único sustento para llevar alimento a su casa; aunque el hijo la ayuda, él tiene una familia de tres hijos y una esposa que mantener.

Pasada la incertidumbre, Ramona se fue a vivir unos días donde unas sus primas, mientras iniciaba su tratamiento, aunque el camino será largo.

Hoy busca una esperanza y la forma de llevar alimento a su hogar mientras espera un milagro de sanación mientras recibe sus dosis de quimioterapia.

Por eso GuateHistorias busca apoyarla con alimentos no perecederos (no tiene refrigeradora), para que se le pueda donar y con ello mitigar un poco la angustia de la alimentación en su casa.

Si está en sus posibilidades favor escribir a [email protected]

Fotos con fines ilustrativos. Internet y Agencia Guatemalteca de Noticias.