Se tiene la idea que migrar es al norte y por necesidad, pero también hay historias de migración al sur y por amor, esta es la del Romeo que se casó con su Julieta en Colombia.

Me llamo Romeo Eduardo Valladares, tengo 38 años y soy originario de Santa Lucía Cotzumalguapa.

El tema de migrar de Guatemala a Colombia nunca estuvo dentro de mis pensamientos, no estaba entre mis opciones de vida, pero todo cambió en el 2006.

Todo empezó, en querer visitar a mi novia, que ahora es mi esposa Liseth Vanesa Quijano Rada , le pedí mucho a Dios que me diera una novia como mi corazón pedía, que me amara como era yo en ese momento.

Como empezó la historia de amor

Por mi amigo Christian Muñoz, empecé en el tema de las redes sociales, en aquellos momentos estaba en auge el Hi5 y el Messenger.

En ese momento trabajaba en el Ingenio Magdalena, donde estuve hasta el 2008.

Entre el 2005 y 2006 conocí a Liseth, luego que mi amigo nos presentara, bueno, no nos presentó, yo me metí a escribirle y a saludarla en una videollamada que ellos tenían, eran cuates, se conocieron por una página de música cristiana llamada canzion.

Empezamos a chatear y conversar seguido y bastante.

Fue en ese momento donde toda una aventura e historia de migración al sur por amor comenzó, o pues más que migrar, Dios comenzó a poner en mi corazón un sentir, aunque durante muchos años no nos gustábamos, era solo plática, solo amistad, pero luego, todo cambió.

Cuando muerte mi papá, ella sintió que me estaba pasando algo y yo la llamé, tipo 5:30 de Guate 6:30 de allá, y en ese momento me comentó que estaba orando por mi vida, allí puedo decir que Dios me estaba mostrando a la mujer que iba a estar a mi lado.

En el 2007 viajé a Colombia, estuve 17 días en Ibagué, municipio de Chaparral Tolima, al llegar conocí a los papás, la mamá me preguntó ¿Cuál era mi motivo del viaje? Y yo le contesté que llegaba a pedir la mano de su hija.

La migración al sur

Luego de pasado los días regresé a Guatemala, pero no pasó ni un año y decidí empezar la migración al sur por amor, para ese entonces ya era el 2008 y solo celebramos los 50 años de mi mamá y el 28 de mayo estaba parado en el aeropuerto La Aurora, rumbo a Colombia.

En ese momento solo llevaba una maleta, como 200 dólares y muchas ideas porque nunca había salido de mi tierra y hasta el momento creo que ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida.

Amo mi país, amo mi pueblo, porque mi corazón está dividido, pero creo que Dios fue el que me movió desde el momento que puso a mi esposa en el lugar y momento indicado. Actualmente llevo 14 años de estar viviendo en este rinconcito sudamericano y ahora tengo mucho más de lo que salí de mi casa, en todo sentido.

Trabajar en Colombia

Trabajar fue difícil al inicio, porque en Guatemala yo era electricista industrial y no sabía que acá si no tenés tu tarjeta profesional de técnico electricista con las 7 categorías o menos que te dan no podés ejercer tu profesión como se debe ser legalmente.

Y es que en nuestro país no exigen nada de eso, pero acá en Colombia sí, por ende, me tocó homologar mi título que traía del INTECAP en el área de extranjeros CONTE (Consejo Nacional de Técnicos Electricistas) y teniendo el documento me fue un poco más fácil.

Lamentablemente toqué varias puertas, pero nadie me quería contratar para no darme unos documentos que los necesitaba, pero el ingeniero Fabián Ortiz me dio trabajo y ellos me dieron los papeles que necesitaba para ejercer mi profesión.

Otro tema en relación con lo laboral es que debes tener visa, me tocó hacer todo ese proceso, la primera que me dieron fue la visa de hogar, luego a la de estudiante y finalmente la de trabajo.

Pero para llegar a todo esto me toco empezar a trabajar en una compra y venta de café, allí cargaba bultos de café, pasilla, cacao con lo que me ganaba el día a día, unos 20 mil pesos colombianos (aproximadamente Q40).

Regresamos a Ibagué donde entré a trabajar en varios lugres mientras estudiaba.

El estudio es primordial

Acá el tema del estudio es más duro, acá te exigen más, por ello me tocó hacer un examen para ingresar a la universidad  llamado ICFES y lo hace el Ministerio de Educación, eso con el fin de optar a una carrera universitarios, eso es requisito vital acá.

Con ello pude hacer una carrera técnica laboral en electricidad (homologar) y posterior inicié la Ingeniería en Telecomunicaciones y al momento de estar por terminar la carrera, Dios me dio la oportunidad de hacer una Tecnología en Electricidad Industrial en el SENA (que es como el INTECAP).

Y allí voy, profesionalizándome porque para poder trabajar tenés que tener conocimientos y estudios.

Lo que extraño de Guate

Uno nunca deja de extrañar, se acostumbra a la nueva vida, a lo que uno eligió, acá la gente es muy buena, pero extraño a la mía, a mis amigos, con los que jugaba papifut en la cancha sintética, o con los que hacíamos un partidito de básquet.

Extraño mucho a mi papá que murió hace años, y pues también la comida de mi Guatemala, mi esposa hace varias comidas porque quiere que siempre tenga una conexión con mi patria.

Ella y yo por medio de YouTube hemos hecho chuchitos, rellenitos, tamales y muchas comidas de mi tierra para no sentirla tan lejos.

He visto que acá en Colombia he tenido más oportunidades que en Guatemala, no digo que allá no se pueda, pero acá se me abrieron las puertas, el aprendizaje ha sido muy bueno, y Dios como base de nuestras vidas nos dio la oportunidad de tener nuestra casa propia, que al inicio era impensable.

Actualmente Romeo y su esposa esperan su segundo hijo, noticia que los hace felices y dan gracias a Dios por cada una de las bendiciones que les ha dado y que hoy por hoy la migración al sur por amor ha sido la mejor decisión que ha tomado..

Fotos. Romeo Valladares.