Tener licenciaturas,maestrías en incluso doctorados no es suficiente para optar a un puesto de trabajo en estos días. Si a ello se suma un factor de “peso” como es tener más de 40 años, la situación se complica, pese a contar con la experiencia necesaria acumulada con el paso de los años, muchos empleadores consideran “viejos” a estos candidatos.

-Es difícil encontrar trabajo con más de 40 años, la verdad yo he pensado incluso en aplicar a una de las plazas temporales en los Estados Unidos, que ofrece el Ministerio de Trabajo, porque tengo la ventaja que también hablo inglés-.

Así inicia la conversación con Carolina, quien ha trabajado en el área administrativa en empresas del sector privado. Un problema de salud, la obligó a retirarse su empleo y renunciar a su puesto como asistente de gerencia.

Han transcurrido tres años desde que tomó la decisión de renunciar a un puesto administrativo, por problemas de salud que logró superar. El año pasado intentó retomar sus actividades pero su mayor obstáculo, según sus propias palabras, es su edad. A ello se suma la crisis laboral que trajo consigo la pandemia.

-Me he postulado a varios empleos, tengo buenas referencias, tengo una licenciatura, hablo inglés, pero mi mayor problema es la edad, ya tengo 45– afirma con una sonrisa de decepción en sus labios.

La historia de Mario es similar. Su trabajo como gerente regional de marca, lo llevó a establecerse durante cinco años en Costa Rica. En febrero de 2020, la compañía envió a una joven de 26 años, como su asistente y aligerar el peso del trabajo que realizaba. Un mes después, fue notificado sobre la decisión de prescindir de sus servicios.

-No tuve necesidad de quedarme por más tiempo esperando a que llegara mi reemplazo, porque ya había llegado un mes antes. Mi asistente fue quien se quedó en mi lugar-.

-Tuve la mala suerte de quedarme en aquel país, porque me despidieron justo cuando ya habían cerrado fronteras por el covid-19. Volví en septiembre del año pasado a Guatemala y en noviembre, conseguí un trabajo como vendedor de ruta-.

Mario y Carolina, son tan solo dos de los cientos de personas mayores de 40 años, que debido a su edad no consiguen ubicarse dentro del mercado laboral. Pese a que cuentan con la experiencia acumulada de años, su edad los coloca como “no recomedables”, pues Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población en edad de trabajar con 45 o más años representa el 32.9%.

ción Mundial de la Salud (OMS) ha definido el edadismo como “estereotipos los prejuicios y la discriminación contra las personas debido a su edad”.

Las estadísticas reflejan que siete de cada 10 personas en ese segmento, el 72.5%, se desempeñan en el sector informal. El dato es mayor al 65.3% del total del país -que contempla a las personas ocupadas desde los 15 años-, según la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos, ENEI 2-2019, del INE. Centros de análisis señalan que esa cifra puede crecer debido a la pandemia, por la pérdida de empleos formales.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido el edadismo como “estereotipos los prejuicios y la discriminación contra las personas debido a su edad”. A ello se suma, que muchos empleadores consideran que no cuentan con la capacidad de adaptarse, o bien no poseen las capacidades tecnológicas necesarias, para adaptarse al actual mercado laboral.

Sin embargo, expertos en recursos humanos exponen que hay ventajas al contratar personas mayores de 45 años porque poseen experiencia, características de fidelidad, adaptabilidad, contactos y habilidades blandas.

Algunos países ofrecen beneficios fiscales a quienes contratan a personas mayores. En México hay deducciones adicionales del ISR, del 25% de salario, para quienes contraten a mayores de 65 años. En Guatemala, en el 2020, diputados propusieron crear un incentivo fiscal del 20% de descuento en el impuesto sobre la renta a las empresas que cuenten con 20% de trabajadores en edades de 50 a 65 años, verificable en la planilla que se debe presentar a la Superintendencia de Administración Tributaria. El descuento puede aumentar al 10% si ese segmento llega a 30% en la planilla.

-Mi actual jefe me preguntó por qué acepte ese trabajo y en ese puesto…la respuesta es obvia…tengo 49 años, a mi edad ya es difícil que a uno le den trabajo-. Afirma Mario, mientras termina de tomarse una taza de café, al volver a su casa, después de cinco días de recorrido como vendedor rutero en tiendas del interior del país.

En tanto, Carolina asegura que seguirá en busca de una oportunidad, pues aún tiene mucho que dar en el ámbito laboral.