Si a un guatemalteco o cualquier persona le urge una prueba PCR que no sea antígeno deberá tener a la mano el monto que exigen los hospitales y centros privados, porque en lo público tardan días en dar el resultado.

Julia, de 32 años, tenía síntomas de gripe o covid-19, que para el susto del momento son casi iguales: Le dolía la cabeza, ardor de ojos, malestar de garganta, opresión en el pecho, náuseas y mareos, aunque no tenía fiebre y sentía olores y gustos, con el oxímetro que guarda en su casa se monitorea frecuentemente, observando 98, un buen estado.

Pero debido a que ha conocido casos de covid-19 con esos síntomas y no tomaron las medidas recomendadas por los médicos, se agravaron al extremo de fallecer algunos, mientras otros fueron internados en estado crítico en centros de salud pública en el país.

Para prevenir, decidió ir al Hospital San Juan de Dios a hacerse la prueba porque no contaba con los Q700 que cuesta en uno de los lugares “accesibles” para hacérsela, así que prefirió arriesgarse, porque en los alrededores del nosocomio no es de lo más seguro, en ningún aspecto.

Preguntó en la puerta de la “nueva emergencia” de adultos, dónde se podía hacer el hisopado. El policía le dijo:

  • “A la vuelta, donde antes era la emergencia, allí pregunte”.

Gracias respondió Julia y caminó a la cuadra siguiente, donde al llegar a la antigua puerta de ingreso a la emergencia le preguntó al guardia si allí hacían los hisopados

  • “¿Usted viene a hacerse la prueba?”

“¡sí!” responde Julia

  • “Pase a la vuelta, en la ventanilla le dan indicaciones”

“Gracias”

Julia camina a la ventanilla, le pregunta sobre los datos a dos personas que están en la oficina.

  • “Llene esa hoja por favor y trae la copia de su DPI ¿verdad?”

“Sí, si la traigo”, responde mientras lee lo escrito en la hoja que debe llenar, son los datos para el manejo de cadáveres por COVID.

“Disculpe, ¿esta es la hoja que debo de llenar?”

  • “Sí”, le responden al unísono los que atienden.

Julia llena todos los datos, entrega la hoja y la copia de su DPI al receptor de documentos, al tiempo que pregunta en cuánto tiempo estará el resultado de la prueba.

  • “Normalmente en 24 horas si no hay mucha gente, pero como hoy es viernes tendrá que esperar hasta el lunes a que le den el resultado desde las ocho de la mañana, debe llamar, allí afuera están los datos”.

¿Por qué hasta el lunes? Pregunta Julia, un poco sorprendida

  • “Es que la señorita que entrega los resultados no trabaja los fines de semana, entonces no hay quien los entregue”, obtiene por respuesta.

Luego de llenar los datos y entregar la hoja, le dicen que debe pasar a la clínica que está a mano derecha para examinarse. En la clínica solo puede estar la doctora que hace preguntas y examina al paciente; afuera esperan su turno varias personas que llevan síntomas.

Personal del sistema de Salud Pública hacen hisopados para prueba PCR, SARSCOV-19. Foto: Danilo Ramírez

Dentro de la clínica, la doctora pregunta sobre los síntomas, ella determinará de acuerdo con lo que digan si se hace o no la prueba, es decir, si no lleva muchos síntomas no se lo hacen, en pocas palabras los asintomáticos no tienen oportunidad y deben ir al sector privado.

  • “¿Ha estado con personas que tengan COVID?”, pregunta la doctora

“No que yo sepa, pero como cara vemos y COVID no sabemos”, contesta Julia. Luego agrega: “pero me he sentido mal en los últimos días”.

  • “¿Qué síntomas tiene?”, pregunta la galeno.

“Pues hace días empecé con dolor de garganta, presión en el pecho, dolor de cabeza y ojos, algo de tos, náusea, he vomitado algo, no tengo diarrea ni fiebre”, remarca la paciente, mientras le colocan el oxímetro para tomar signos.

  • “Bueno, su oxigenación está bien, pero por los síntomas que presenta le haremos el hisopado, pase a las carpas de allá (señala) y allí le harán la prueba.

“Gracias”, dice Julia mientras camina para la carpa, allí le preguntan si le dieron la hoja de “autorización”. Un joven vestido de filipina azul es el encargado de hacer el hisopado, con muy buena mano, por cierto, la molestia fue mínima, ya que, según la paciente, ha leído y escuchado que muchos se quejan de dolor.

  • “Listo, ya está, puede irse y llame el lunes para su resultado”, finaliza el médico.

Julia se pone de pie y un poco decepcionada y de mal genio se retira, sabe que es una situación de emergencia, que un dato como ese no puede esperar tanto, y que aparte de todo, no le den instrucciones de qué hacer mientras llega el resultado en caso fuera positivo. Son las 10:30 de la mañana del viernes, deberá esperar hasta el lunes a las 8 am para saber si es positivo o no para SARS-COV2 y pedirle a Dios que sí está enferma, no se complique su situación.

El lunes Julia llama al número del hospital que le dijeron, tardan mucho en contestar, es más debe hacer 4 llamadas antes de ser atendida. Su resultado: negativo, pero piensa ¿Qué hubiera pasado si ella es positiva?, ya que debió regresar a su casa en transmetro.